298.- A primeros de los 90, en una de las pruebas del Campeonato del Mundo de Trial celebrada en Viella, el sábado, después de hacer una excursión con los amigos de L’Hospitalet y ya de vuelta a casa, estábamos haciendo “proyectos de saltos” en los márgenes de la pista que bordea al río Nere y de pronto apareció un joven Amós Bilbao preguntando si él podía saltar.
Claro que sí! Le dije, pero espera que te hago una foto.
Nota: en aquellos tiempos las máquinas de fotografiar todavía eran de carrete. Las digitales y los móviles no sabíamos ni lo que eran.
Con apenas carrerilla y con poca velocidad se desplazó hacia el margen, dio un salto increíble y cuando parecía que despegaba hacia el cielo giró 180 grados cayendo en la misma trayectoria del inicio del salto.
Amós reía como un descosido, no solo por haber hecho tal proeza si no por ver nuestra cara de decepción al comparar su espectacular salto con la “mierda” del nuestro, jajaja… Desde entonces mantenemos una buena relación de amistad.
Buscando unas fotos de esos tiempos me han aparecido estas y quería comentarlo con todos vosotros.