Cuando me propuse llenar de contenidos este portal, no dudé ni un momento quien quería que fuera mi piloto favorito. Sin dudarlo, es y será siempre Jordi Tarrés.
Si en los años 70 las marcas españolas de trial habían sido líderes de los diferentes campeonatos mundiales, no podíamos decir lo mismo de los pilotos.
Si bien es cierto que tanto los Soler, Gorgot, Gallach o Renales habían ganado alguna prueba internacional, ningún piloto español llegó a ser campeón del mundo hasta la llegada de Tarrés.
Con la llegada de Jordi, el trial evolucionó de tal manera, que ahora no entendemos esta competición sin que uno de los nuestros esté delante. Todo trialero se ha fijado en su estilo y la mayoría lo han tenido en su punto de mira (en cuanto a pilotaje) al siete veces campeón del mundo.
Le solicité una cita y no tuvo un no por respuesta.
Estuvimos largo y tendido hablando sobre trial, de su familia trialera, de sus problemas de espalda para poder practicar trial con asiduidad, de sus nuevas “andaduras” como organizador de eventos en Marruecos, de su proyecto para crear nuevas marcas de motos de trial, del reglamento, del trofeo más preciado que tiene en su museo particular, de la moto que más sentimientos le trae (tiene las 7 campeonas del mundo), de la colección espectacular de cascos, posters, diplomas, agradecimientos, etc. que posee, mil anécdotas, corroborándome lo que ya me suponía.
La edad no perdona, el tiempo pasa, pero los recuerdos quedan y podría decir (al menos yo así lo siento) que Jordi Tarrés fue el mejor piloto de la era moderna del trial, solo superado por Toni Bou.
Su trayectoria, palmarés e impresiones en general lo podéis ver en el siguiente enlace, pero ahora le toca a él, es su turno.